El ángel asesino, Charlotte Corday (1768-1793)


Charlotte Corday, Jean-Jacques Hauer. Wikimedia Commons

En el verano de 1793, la Revolución Francesa había tomado un camino violento y radical. En aquellos tiempos se vivió el período revolucionario conocido como el Terror. Extremistas jacobinos consiguieron hacerse con la Guardia Nacional y eliminar de la escena política a los girondinos, representantes de las posturas más moderadas. El 13 de julio de aquel año terrible, una joven de orígenes aristocráticos asesinaba a uno de los líderes más carismáticos de los denominados jacobinos, Jean-Paul Marat. Charlotte Corday quiso así terminar con el Terror en Francia pero conseguiría todo lo contrario.

El verdugo
Marie Anne Charlotte Corday d'Armont nació el 27 de julio de 1768 en Saint-Saturnin-des-Ligneries, una pequeña aldea de Normandía. Charlotte pertenecía a una familia aristócrata. Su padre, François de Corday d'Armont, y su madre, Jacqueline-Charlotte-Marie de Gontier de Autiers, eran primos hermanos y descendientes del dramaturgo francés Pierre Corneille.

Charlotte se quedó huérfana de madre siendo una niña. Sumido en un profundo dolor, su padre, quien también había perdido a su hija mayor, envió a Charlotte y otra de sus hijas a Caen, donde ingresaron en la Abbaye-aux-Dames. En esta abadía, la pequeña Charlotte tuvo acceso a una buena educación y pudo leer en la biblioteca del monasterio a grandes escritores como Plutarco o Voltaire.

En 1791 Charlotte se trasladó a vivir con su prima, Madame Le Coustellier de Bretteville-Gouville. Un año antes, iniciada ya la revolución, se había decretado la supresión de los monasterios por lo que su vida conventual llegó a su fin de manera obligada. En aquel tiempo, la joven Charlotte empezó a simpatizar con las ideas moderadas de los girondinos. En su mayoría burgueses, los girondinos, llamados así por tener su origen en la región francesa de La Gironda, defendían una Monarquía constitucional. Tras la ejecución del rey Luis XVI el 21 de enero de 1793, los sucesos se precipitaron y la revolución se radicalizó. Los jacobinos y sans-culottes, defensores a ultranza de la república y la democracia, hicieron todo lo posible por desbancar a los girondinos de la escena política.

Charlotte Corday, defensora de sus propios ideales, no dudó en terminar con aquella situación de Terror iniciada el 2 de junio de aquel mismo año por Robespierre. Se decidió así a marchar a París y terminar con uno de los radicales más influyentes.

La víctima
Jean-Paul Marat, médico, periodista y político radical, formaba parte del grupo de los Jacobinos junto con otros políticos como Danton o Robespierre. Marat formaba parte de los defensores de la república y la democracia, grupo conocido como “La Montaña” en la nueva Asamblea Legislativa, debido a su posición en la parte elevada de la sala.

Marat era el editor de la famosa publicación revolucionaria L’ami du peuple en la que escribía sobre la revolución en sus aspectos más radicales.

El asesinato
El 9 de julio de 1793, dispuesta a llevar a cabo su cometido, Charlotte Corday marchó de Caen y se dirigió a París. Tras alquilar una habitación en el Hôtel de Providence se dirigió a la Asamblea Nacional para encontrar a Marat. Como allí no estaba el jacobino, Charlotte se presentó en su casa. Tras varios intentos por conseguir una entrevista con el periodista con el pretexto de que iba a facilitarle los nombres de los principales miembros de La Gironda dispuestos a organizar un levantamiento, consiguió acercarse a él.


La muerte de Marat, Paul-Jacques-Aimé Baudry. Musée des Beaux-Arts, Nantes. Wikimedia Commons

El retrato de Jacques-Louis David, La muerte de Marat, nos da una visión muy real de la escena que terminó Charlotte. El líder jacobino trabajaba sumergido en una bañera debido a una enfermedad que sufría en la piel. Con una tabla de madera, se ayudaba para escribir sus textos revolucionarios.

Charlotte Corday no dudó y clavó un cuchillo en el cuerpo enfermizo de Marat. Murió en el acto. La joven girondina fue detenida e interrogada. Cuatro días después, el 17 de julio de 1793, fue ejecutada en la guillotina. Fue enterrada en el cementerio de la Madeleine.

En sus últimos momentos defendió su acto asegurando que mataba a un hombre para salvar a cientos. Pero el asesinato de Marat no resolvió los problemas, más aún, los agravó. Los jacobinos iniciaron un periodo de “Gran Terror”, se suspendieron las garantías constitucionales y aumentaron las persecuciones contra aquellos que no defendían sus ideas republicanas y democráticas. El asesinato de Marat lo convirtió en un mártir de la revolución y provocó un endurecimiento de “la política montañesa ante el empeoramiento de la crisis política”1.

Cincuenta años después, el escritor francés Alphonse de Lamartine relataría su historia y la denominaría el ángel asesino.

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1. La revolución francesa, Albert Soboul, pág. 240

 Si quieres leer sobre ella 

Las mujeres de la revolución, Jules Michelet

Comentarios

  1. es un ejemplo para defender nuestros ideales pero no un pretexto para matar sin embergo hay que ser valientes en defender lo que creemos que es correcto

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  2. Como siempre, ningún extremo es bueno. La moderación es la clave siempre, en todo. Un triste ejemplo de eso fue la revolución francesa... saltar de la sartén al fuego. Tantos asesinatos de gente en nombre de una ideología, es una locura sin pies ni cabeza para mí.

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  3. una oligarca matando revolucionarios , mas de lo mismo en la historia universal , esta asesina imbuida tal vez por algun fanatismo religioso

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  4. Se nos olvida comentar que gracias a Marat cortaron más cabezas que la Reina de corazones en el País de las maravillas. Tomó parte en las matanzas de septiembre, ejecuciones en masa que sucedieron durante el periodo del Terror. En un tiempo y en una revolución donde todo se solucionaba a cuchilla bien afilada no es de extrañar que Charlotte pensase que podía hacer lo mismo. Nunca hay santos entre radicales, ya sean revolucionarios o conservadores.

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    1. Charlotte actuó, valientemente, justo cuando tocaron a los suyos -los "girondinos-, y lo hizo contra quien a simple vista, sin juicio, sin ley, sin razonamiento alguno, y sin más que su voluntad y capricho y el decir de quien fuera (el chisme político) mandaba ajusticiar a propios y extraños: Marat, para entonces un sujeto egoísta, irreflexivo y fuera de sí, sin Dios, sin pudor y sin piedad, y, lo que es más, sin autoridad alguna delegada. Así no se vale, pues así no hay justicia ni divina ni humana que valga Charlotte Corday fue un soldado de su ejercito (los girondinos) y una defensora de su causa, una heroína.

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  5. Obviamente ella tenia buenas intenciones teniendo en cuenta quien era Marat, pero yo en su lugar hubiera apuñalado a Robespierre o a Saint-Just, porque ellos hicieron de Francia un infierno al hacerse lentamente con el poder luego de que Marat hubiera sido declarado "mártir". Desde luego que ningún extremo es bueno, pero tuvo buenas intenciones al hacer lo que hizo, condenándose conscientemente a un crimen, los jacobinos tomaron la decisión de tomar medidas futuras, ella no podía saber que pasaría

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  6. Una pregunta¿ porque iso lo que iso ?tubo una crisis o algo mental sicológico ? Contra Marat

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  7. Interesante historia que nos lleva a que los extremos no aclaran el actuar.Pero es asi,quien siembra rayos cosecha tempestades

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